domingo, 5 de mayo de 2013

Los grandes momentos no necesitan grandes personas

Cómo conocí a vuestra madre es una gran serie. Sí, está un poco en decadencia y tal, pero lo cortés no quita lo valiente. Es una serie que te hace sentir y te mete de lleno en los personajes. Y hay que tener maña para hacer eso en los absurdos contextos que la serie nos brinda.



El otro día vi un capítulo en el que trataban lo que querrían que fueran sus últimas palabras debido a la muerte de un personaje. Todos tenían un trauma con este tema porque querían que sus últimas palabras fueran algo épico y grande.

Pocas veces he disentido en opinión con respecto a HIMYM. Normalmente creo que detrás de la sit com con toques de absurdo se esconden grandes verdades, como cuando Ted insinúa que una persona es la adecuada cuando podemos y queremos no solo sus virtudes, sino también sus defectos.

Pero en este caso no estoy de acuerdo con la serie, como digo. Lo bonito de una relación entre dos personas, ya sea sentimental, familiar o la que sea, es hacer extraordinario lo ordinario. Las situaciones épicas se recuerdan por sí solas, no hace falta gente que las engrandezca a su alrededor. Que si las hay mejor, pero hacer no hacen falta.

Pero si tomas algo que es vulgar para todo el mundo y consigues que para ti y la otra persona tenga un significado especial… amigo, eso no sale solo. Ese gesto, palabra o situación que has convertido en algo extraordinario lleva imbuido un poco de ti y de la otra persona. Por eso es especial solo para vosotros. Pero también es por eso que tiene más valor de lo normal.

Digamos que es como llenar un vaso de agua grande es más difícil que un vaso de agua pequeño, pero luego vas a tener más agua cuando quieras beber.

Concuerdo con muchos de vosotros, queridos lectores, en que los oscuros rincones de mi mente que llenan este lugar con nombre lúdico a veces son tediosos. Dicho en román paladino, que soy un “hartible” a veces (y no tan a veces, lo sé). Pero hoy tengo un pensamiento positivo: no penséis que lo que os rodea no es tan grande como las situaciones que vemos en las pelis o series.

Lo cierto es que no es igual. Probablemente sea mejor. Porque es personal. Una serie o película tiene que tomar situaciones genéricas y hacerlo lo mejor posible. En HIMYM lo hacen bien. Pero nada de lo que sale en esa serie ni en ninguna otra puede hacerme sentir nada parecido a las cosas que yo he sentido. Y si lo hace, lo hace evocándome un recuerdo mío.

En definitiva, ser nosotros ya es extraordinario. Solo tenemos que saber verlo.


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