miércoles, 21 de diciembre de 2011


El Laberinto Mágico - Reseña


Breve reseña sobre el juego ganador del premio Spiel des Jahres 2009, entre otros.


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Lo primero: es un juego simple. Su mecanismo es simple y no permite una densa estrategia, si bien eso no conlleva a que tengamos un mal juego, ni de lejos. Simplemente es un juego pensado para niños, por lo que, por su propia concepción, no puede ser complejo.


Dicho esto, hay que decir que es tremendamente desafiante. Hacerse un plano mental del laberinto que se esconde debajo del tablero a base de ensayo y error no es moco de pavo. Y aunque hacerlo respecto a las primeras cuatro casillas es fácil, cuando el asunto va más allá la cosa se complica. En particular, cuando tenemos que ir a una casilla que está lejos la cosa se pone bastante fea, y lo normal es que esa ficha la coja otro jugador y nosotros vayamos a por la siguiente.


Respecto a los materiales, el juego en general da sensación de robustez y buen acabado. Peones grandes de madera, imanes buenos y unos muros que no se caen por mucho que nos tropecemos con ellos (que, creedme, no serán pocas veces).


¿Merece la pena, hablando ya en plata? Personalmente creo que sí. Sus defectos son pocos, y vienen derivados de la idea con la que se hizo el juego. Hay algo de aleatoriedad y a veces exaspera chocarse continuamente con algunos muros. Pero es que el juego es así porque sus creadores probablemente quisieron que así fuera. Y lo más importante, no por ello es menos divertido. Si el precio, unos 30€, no es un problema, yo lo recomendaría enormemente.


Para una reseña más extensa, os invito a leer la que escribí hace unos días en Arena de Juegos.

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